miércoles, 22 de abril de 2015

Chūjō-Hime

El cuento "Chūjō-Hime" pertenece al grupo Ciclo Cenicienta establecido en este blog. La entrada se divide en tres secciones:
  1. Ubicación geográfica, recopilación y recopilador: se señala el país de origen de esta variante y, los autores y los títulos de las recopilaciones de las dos versiones resumidas en este post.
  2. Estereotipo del cuento: se resumen los cuentos, destacando sus peculiaridades y citando puntualmente alguna parte importante de la trama.
  3. Simbología: al igual que en la entrada principal, se indica el trasfondo de los motivos y personajes que hay en la narración.
Aparte, siendo que tanto la entrada principal como las secundarias del Ciclo Cenicienta se utilizan como catálogo de la exposición De Cenicientas, se va a mostrar las imágenes utilizadas para los paneles, es decir:
  1. El título del cuento, y el de la recopilación con su respectivo siglo. Se ha escrito en japonés, con la traducción al español entre paréntesis siendo que la lengua original no utiliza alfabeto latino. Se diferencia de las demás en que se indica que primero se recogió como leyenda y luego como cuento.
  2. Un fragmento del texto en el idioma original.
  3. Las dos ilustraciones.
Además, se introduce también una imagen de  libro de cuentos japoneses titulado Leyendas y cuentos del Japónde Irene Seco Serra. utilizado en la parte bibliográfica de la muestra, el cual pertenece a la Biblioteca María Moliner.

Título del panel. Elaboración propia.

Ubicación geográfica, recopilación y recopilador

El cuento es japonés. Está basado probablemente en una persona real que vivió en el Japón del siglo VIII, cuya historia circuló como leyenda hasta el sislo XVII. Entonces se recogió como cuento en la la recopilación Otogizōshi, la cual recoge relatos medievales japoneses. También fue recopilado por por Iwaya Sazanami entre finales del siglo XIX y principios del XX. Basándose en el texto de este último, Yei Theodora Ozaki lo tradujo al inglés en 1908, recogiéndolo en un libro titulado The Japanese Fairy Book.


Fragmento de texto de la exposición. 
Elaboración propia a partir del texto seleccionado por el profesor de japonés.

Estereotipo del cuento

El cuento del Otogizōshi comienza con una familia que vive en Nara. La protagonista es una princesa llamada Hase-Hime, hija de un ministro llamado Toyonari Fujiwara. La madre de Hase-Hime, Murasakinomae, muere cuando la niña tiene cinco años. El padre se vuelve a casar cuando la chica cumple siete años.

La madrastra, Teruhinomae es muy hermosa pero de corazón perverso, mientras que Hase-Hime es encantadora y todo el mundo la quiere, lo que provoca el odio y la envidia de la madrastra. Esta le manda duras tareas a la niña, pero ella siempre accede con buenas maneras.

Cuando la chica cumple trece años, el Emperador cae enfermo debido a que al fuerte rugido del río Tatsuta. Como había oído que Hase-Hime era una magnífica poetisa, le ordena componer un poema, ante lo cual la doncella accede inmediatamente. El poema sería este:

"Río Tatsuta, escúchame.


Tus olas rugen tan fuerte.

Por favor, conmínalas a calmarse y haz el sonido del agua más dulce

Sopla y llévate por favor los tormentos de mi señor"[1]. 

Las aguas se calman entonces y el Emperador le otorga el mayor grado de todos, 中将 (Chūjō) en el original, llamándose desde entonces 中将姫 (Chūjō-Hime)

Sin embargo, la madrastra se disgusta tanto cuando se entera del éxito de Chūjō-Hime que cada vez la odia más. Un día, ya no lo soporta más y ordena a un sirviente que se la lleve a la montaña Hibari-yama y la mate.

Pero el siervo, sabiendo que la doncella es tan dulce y buena, se siente incapaz de matarla. Ella le dice que la abandone en el bosque y le diga a su madrastra que la ha matado, pero el sirviente se niegan en redondo. Entre él, su mujer y la princesa, a pesar de no estar acostumbrada a ese tipo de tareas, levantan una cabaña. Después, Chūjō-Hime se pone a leer el libro sagrado de los budistas.

El padre, que se había ausentado por un tiempo, Teruhinomae, calumniando a su hijastra, le dice que esta se había convertido en una prostituta. El padre, sintiéndose deshonrado, ordena a su mujer que eche a su hija de casa.

Un día, el padre sale a cazar y se encuentra la cabaña donde vive su hija. Ella se alegra de volver a verle pero él la aparta de su lado acusándola de prostitución, y ella se echa a llorar por la cruel mentira de su madrastra. Los sirvientes finalmente aclaran el corazón del padre, quien pide a Chūjō-Hime que lo perdone.

Chūjō-Hime y su padre vuelven a Nara, pero ella no quiere ver más a su madrastra.  Teruhinomae, sabiéndose descubierta, se avergonzó tanto de sus malas acciones que se tiró a un estanque. 

Entonces, Chūjō-Hime decide meterse a monja y tratar de salvar el alma de su madre, pero su padre no se lo permite. Entonces, la doncella se escapa de casa y se cuela en el templo de Taima, y se pone a rezar durante tres años por el alma de su madre.

Una de las noches, dos monjas la visitan y le ordenan que, con la ayuda de su padre, recoja todos los tallos de loto que puedan cargar cien camellos si quiere que se salve el alma de su madre. Otra tarde, la visitan esas mismas monjas y empiezan a convertir los tallos en hilo. Luego, lo llevaron a la fuente y adquirieron un brillo cegador y un magnífico tinte de cinco colores. Las monjas se llevan los hilos al templo y los empezaron a tejer en su telas a su manera.

Una mañana, los hilos se convirtieron en un maravilloso tapiz, tan titilante como una estrella. El incipiente amanecer hace que el templo fulgure cada más intensamente. Cuando el brillo cesa, las monjas habían desaparecido, pero Chūjō-Hime quedó maravillada con el trabajo. 

Entonces, en la tela se empiezan a formar diversos motivos vegetales y dos criaturas celestiales, siendo una de ellas la madre de la propia Chūjō-Hime. La voz de la monja le confirma que es el Paraíso de Buda, y la chica reza las escrituras budistas.

Chūjō-Hime murió una tarde a los veintiocho años de edad. Se le apareció Bosatsu y la doncella subió al cielo debido a su devoción por su madre.

Otra versión del cuento

En la versión de Iwaya Sazanami, el cuento comienza con el ministro Toyonari Fujiwara, quien vive en Nara y se casa con una buena y bella mujer llamada Princesa Murasakinomae. Ambos se casan según las costumbres de su familia y viven felizmente, pero no tienen descendencia que continúe su estirpe cuando no estén ellos. Así, después de esperar largo tiempo, deciden peregrinar al templo de la diosa de la misericordia Kannon en Hase y estuvieron allí hasta que fueron bendecidos con una hija.

Decidieron llamarla Hase-Hime o Princesa Hase porque para ellos era regalo de Kannon, y la educaron con cariño. Al cumplir la niña cinco años, la madre enferma de gravedad y los médicos no pueden hacer nada por ella. Antes de espirar su último aliento, la madre pide a su hija , si su padre se vuelve a casar, que sea buena con su madrastra y que crezca como una mujer modelo según los cánones de la época: ser sumisa con sus superiores, pero que sea también amable con los que están por debajo de ella.

Toyonari se vuelve a casa con otra mujer noble llamada Teruhinomae, pero era cruel con Hase-Hime, pero la chica aguantaba el desprecio de su madrastra e incluso se portaba bien con ella tal y como le había enseñado su propia madre. Hase-Hime era muy diligente en sus estudios y toca tan bien el koto que el Emperador la llama a ella y a su madrastra para que toquen música en palacio.

En el Festival de Sakura se celebran grandes festejos en palacio, y ordena a Hase-Hime que toque el koto y a Terute que toque la flauta. Después de que el Emperador se esconda detrás de un biombo (pues es costumbre en la época que ninguna cara plebeya pudiera verle) las dos empiezan a tocar, la heroína primorosamente y la madrastra tan mal que la tienen que sustituir por una de las damas de la corte. Así, Hase-Hime recibe regalos del monarca por su éxito mientras que Terute aún odia más a su hijastra.

La madrastra tuvo un hijo y planeó matar a su hijastra. Un día, ordenó secretamente que le prepararan un veneno para envenenar vino dulce (en esta parte del cuento tiene más en común con Blancanieves). Los niños estaban jugando alegremente cuando Teruhinomae se presentó con dos vasos de vino, uno de ellos envenenado, y pasteles. La madrastra dio un vaso a cada uno, y a pesar de haber marcado cuidadosamente el que contenía veneno, en el último momento se pone nerviosa y se lo da sin querer a su propio hijo, y muere en sus brazos sin que ni siquiera el médico pudiera hacer nada por él. El odio de la madrastra hacia Hase-Hime creció aún más.

Cuando la heroína cumplió trece años de edad, se convirtió en poetisa de cierto mérito. Mientras, era la temporada de lluvias en Nara, y el río Tatsuta estaba al límite de sus riberas y rugía con tal violencia que no dejaba descansar nunca al Emperador. Un edicto imperial se manda a los templos budistas para que los sacerdotes pidan que pare el castigo del cielo pero no sirve. Al final, llaman a Hase-Hime para que escriba un poema para tratar de calmar al río. La chica escribe un poema en una hoja de papel recamado de oro y los leyó lleno de fe junto a la ribera del río y luego lo lanza al cielo. El río dejó de rugir y el Emperador recupera su salud. Por ello, nombra a Hase-Hime teniente general para distinguirla, o Chūjō en el original, siendo llamada Chūjō-Hime desde entonces.

La madrastra no está contenta con el éxito de su hijastra, entonces, aprovechando que el padre se había ausentado, mandó llamar a su vasallo Katōda y le mandó que llevara a Chūjō-
Hime a las Montañas Hibari y la matara, inventándose la falsa historia de que así evitaría que cayera la desgracia sobre su familia. (Esta parte de la historia también recoge el estereotipo de Blancanieves)

El vasallo se llevó a la chica a las montañas, pero en vez de obedecer a la madrastra, porque pensaba que la princesa era demasiado inocente para la historia que se había inventado, se hizo construir una cabaña, llamó a su esposa en secreto y vivieron con Chūjō-Hime en las montañas hasta que regresara el padre.

Toyonari volvió a casa y su mujer le mintió diciéndole que Chūjō-Hime había huído de casa por hacer algo malo y por temor a ser castigada. El padre la buscó por todas partes en las que ella habitualmente pudiera estar pero no tuvo éxito. Finalmente, Toyonari mandó a sus hombres a hacer batidas por las Montañas Hibari.

El padre se encontró con una cabaña en medio de las montañas y a una chica leyendo con devoción los escritos budistas. No era otra que Chūjō-Hime y ambos se alegraron de volver a verse. Katōda le contó a Toyonari lo que había pasado, quien se indignó ante la maldad de la madrastra. El señor de la casa y los suyos vuelven corriendo a casa para tratar de pedir cuentas a Teruhinomae, pero ésta, sabiéndose en desgracia, huye de la casa y no se vuelve a saber nada más de ella.

Tras la desaparición de la madrastra, a Katōda se le da el mayor puesto en la casa de Toyonari, y el padre adopta a un hijo de uno de los nobles de la Corte, que se casaría con Chūjō-Hime. La historia dice que la protagonista se convirtió en la más bella y buena señora que gobernó la casa de Toyonari.

La historia termina mencionando el dato de que en un templo budista de Kioto se encuentra un bonito tapiz con la figura de buda bordado con hilos de tallo de loto, del cual se dice que fue realizado por Chūjō-Hime.


Utagawa Kuniyoshi.
[Chujo-Hime huye a la montaña Hibari].
1845-1846. Ukiyo-e.
Fuente: British Museum.

Simbología del cuento

Chūjō-Hime es modesta, de buen corazón y hacendosa. Gracias a estas tres virtudes recibe una o varias veces el favor del Emperador, según de qué versión se trate. Esto quiere decir que con la bondad y la laboriosidad se pueden conseguir grandes metas.

La madrastra, sin embargo, es perversa y perezosa, y por eso tiene envidia del éxito de la heroína. El hecho de que la malvada quiera matar a la doncella simboliza que tiene un complejo de inferiridad con respecto a Chūjō-Hime, pero no se quiere manchar las manos directamente, símbolo de su cobardía y quizás de no querer reconocer sus defectos. Cuando se sabe descubierta por el padre y por la heroína, la malvada o se suicida o huye.

Los criados pueden ser una representación de la madre muerta. Ellos le dan un refugio a Chūjō-Hime, que puede verse como un paréntesis que necesita la chica hasta que este preparada para madurar.

El padre interpreta la expulsión de casa de la chica, según la versión, de dos formas diferentes: el la primera la madrastra la acusa gravemente de ser prostituta, lo que demuestra una vez más la envidia de la malvada mujer. En este caso el padre repudia a su hija por se la prostituta la mujer con mayor bajeza moral en aquella época. En la segunda versión, el padre no cree en la versión de la madrastra, sino que tiene más confianza en su hija.

El que la Chūjō-Hime se quiera convertir en monja para salvar el alma de su madre demuestra la devoción filial de la chica, y el que huya de casa y que rece durante tres años seguidos denota una determinación inquebrantable.

Las monjas podrían ser otras dos personificaciones de la madre, ya que dicen a la heroína cómo tiene que recoger los tallos de loto y elaborar el tapiz. Equivaldría un tanto a las hadas madrinas de las versiones occidentales de Cenicienta.

En cuanto al tapiz, El convertir el tallo de loto en hilo puede simbolizar que algo sencillo se puede convertir en algo sublime. El sumergir los hilos en agua puede reflejar la pureza del alma, mientras que el brillo de la tela puede simbolizar la gran altura moral que tiene Chūjō-Hime.


Utagawa Kuniyoshi.
[Chujo-Hime hila tallos de loto en presencia de su madrastra].
1845-1846. Ukiyo-e.
Fuente: Wikimedia.
Bibliografía
  1. Circlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. Barcelona: Labor, 1982. 473 pp. Nueva Colección Valor. ISBN 84-335-7016-1.
  2. Fuyuno, Niji. A Legend of Princess Chûjô. Japanese Ancient Romances. [S. l.]: [s. n.], [s. a.] [cons. 14/04/2015]. <http://www.big.or.jp/~loupe/links/etale2.shtml>.
  3. Ozaki, Yei Theodora. The Japanese Fairy Book [en línea]. [S. l.]: Wikimedia Commons, 2015 [cons. 14/04/2015]. <http://goo.gl/PDCCGN>.
  4. Seco Serra, Irene (ed.). Leyendas y cuentos del Japón. Madrid: Akal, 2006. 172 pp. ISBN 9788446022510.
Seco Serra, Irene (ed.). Leyendas y cuentos del Japón.
Madrid: Akal, 2006.
Biblioteca María Moliner.
Fuente de la imagen: Casa del Libro.


Notas


[1] El texto lo he traducido de una traducción inglesa que encontré en la página web Japanese Ancient Romances:

"The river Tatsuta, listen to me.
You make your waves so roaring.
Please lead it to be calm and make the sound of water tender
Blow away worries of my lord. Please!"

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